LOS HABITANTES DEL BOSQUE (I): LAS HADAS (I). ORÍGENES Y ASOCIACIONES


Bajo las hojas de la acedera: sueño de una tarde otoñal. Richard Doyle, 1878. British Museum. Fuente: British Museum 



Las hadas han pululado por nuestra imaginación como pequeños seres alados de luz pero... ¿siempre han tenido ese aspecto? ¿Qué funciones han desempeñado en su larga existencia? Esta entrada abre el amplio abanico del mundo féerico, imposible de condensar en tan poco espacio. Es por esto por lo que esta será la primera de una serie de actualizaciones sobre estas figuras del imaginario boscoso.


Muchas son las teorías sobre el origen de las hadas. Hay que tener en cuenta que estos pequeños espíritus elementales están presentes en casi la totalidad de los imaginarios por lo que sus atributos y simbología pueden variar dependiendo de la cultura, la época, etc. A continuación se introducen las teorías existentes sobre el origen de estos famosos seres y sus asociaciones:


Figuras asociadas al destino

Esta asociación viene dada por la etimología del propio nombre, el cual deriva de la palabra latina fatum. Esta palabra acoge en sí los significados de hado, destino, predicción, suerte y fatalidad, entre otras; es por esto por lo que se ha querido ver a las hadas como las herederas de las moiras griegas, las parcas romanas o las nornas escandinavas. Es muy común encontrarlas como hilanderas, exponiendo así su imagen de tejedoras del destino. 

Tanto las moiras como las parcas están relacionadas con los alumbramientos y pueden decidir sobre el destino del niño, por lo que se les otorgan de igual manera características asociadas a la fertilidad y la fecundidad. Esto perdurará en el imaginario pues es común en las leyendas y cuentos infantiles el rapto de bebés por parte de las hadas.


Figuras asociadas a la muerte

Como se apunta en el párrafo anterior, uno de los significados de fatum (y μόρος en griego) está relacionado con la fatalidad y por lo tanto con la muerte. Las moiras, parcas asumieron la figura de hilanderas del destino y por tanto quedaron asociadas al tiempo, pues todo nace y en algún momento muere. 

Robert Kirk (1644-1692) relacionó los túmulos féericos (llamados knowes en Escocia) con la muerte, localizándolos cerca de los cementerios. Esta corte féerica estaba formada por las almas que aguardaban en el lugar santo el Día del Juicio. Sara Boix Llavería recoge en su obra, Elfos y hadas en la literatura y el arte, un relato irlandés relacionado con este corro de almas: un pescador llamado Hugh King volvía a casa la noche víspera de Todos los Santos cuando se encontró en mitad de una danza de hadas. Cuando observó detenidamente vio que todas aquellas figuras eran personas fallecidas.


En un contexto más pagano, sobre todo en la Europa céltica continental, las hadas se relacionan con los megalitos, ya sean menhires o dólmenes. Su asociación queda vigente en la toponimia de cuyo buen ejemplo son las denominaciones repartidas por Francia de: Roca de las Hadas, Cabaña de las Hadas, etc.


Figuras herederas de antiguas poblaciones primitivas

David Mac Ritchie defendía en su obra The Testimony of Tradition (1890) que las hadas formaban parte de razas primitivas que fueron obligadas a refugiarse ante la llegada de nuevas poblaciones invasoras. El mejor ejemplo para ilustrar esta teoría es Irlanda. Su pasado mítico incluye la llegada en oleadas de numerosas poblaciones que fueron sucediéndose en el tiempo: 
  • Firbolgs: aspecto grotesco parecido al de los gigantes.
  • Tuatha de Danann: pueblo de la diosa Dana. Altos, bellos y mágicos.
  • Daoine Sidh: aspecto similar al de los Tuatha de Danann. Fueron disminuyendo de tamaño hasta convertirse en el pueblo de la "gente diminuta".

Los Caballeros de Sidhe. John Duncan, 1911. Dundee Art Galleries and Museum. Fuente: Pinterest 


Seres elementales de la Naturaleza

Como apuntamos en la entrada de la semana pasada, muchos son los genios y las divinidades menores que pueblan la naturaleza: ninfas, dríades, ondinas, rusalkas, etc. Dentro de este grupo habría que hacer una diferenciación dependiendo de cada elemento, los cuales tienen establecidas unas figuras:
  • Aire: Silfos
  • Tierra: Gnomos
  • Agua: ondinas
  • Fuego: Salamandra

A pesar de lo que se pueda pensar, estos seres de la dimensión intermedia han suscitado el interés de numerosos autores. Entre ellos el famoso Paracelso, quien estableció las tipologías anteriormente expuestas basándose en la división griega.


Ángeles caídos en la teoría cristiana

En el cristianismo, estos seres forman parte de la creación pero no del mundo mortal, pues su origen es semidivino. Por una parte se presentan estos seres como ángeles caídos y por otra, a causa de las inefectivas técnicas de acabar con estos seres en la mentalidad de las poblaciones a cristianizar, se los encubre transformándolos en vírgenes o santos (equivalencia entre una ninfa y una virgen, por ejemplo). A continuación se introduce un texto de Lady Wilde para ilustrar la teoría de los ángeles caídos:

"Los isleños, como todos los irlandeses, creen que las hadas son los ángeles caídos que fueron expulsados del cielo por el Señor Dios a causa de su orgullo pecaminoso. Y algunos cayeron al mar, y otros a tierra firme, y otros en lo más profundo del infierno, y a éstos el diablo les da conocimiento y poder, y los envía a la tierra, donde obran mucho mal. Pero las hadas de la tierra y del mar son en su mayor parte seres bondadosos y bellos, que no causan daño alguno si se les deja en paz y se les permite danzar en los "raths" féericos a la luz de la luna con su dulce música, sin ser molestados por la presencia de mortales[1]".


El hada en el mundo onírico

Esta faceta es muy importante en la figura del hada medieval. Su aparición en las novelas de caballería está íntimamente ligada al mundo sobrenatural, por lo que su aparición introduce la magia en el relato. Estos encuentros, en ocasiones, se llevan a cabo a través del sueño, cuando el caballero está en un estado de vigilia, como es el caso de Lanval, relato perteneciente a los Lais de Maria de Francia.





Para leer la segunda parte de esta entrada solo tenéis que pinchar en Los habitantes del bosque I: Las Hadas (II): Las hadas medievales





¡Os espero entre las hojas!



BIBLIOGRAFÍA

  • ALONSO ROMERO, F.: "Las mouras constructoras de megalitos: estudio comparativo del folklore gallego con el de otras comunidades europeas." en Anuario Brigantino, Num. 21, 1998. pp. 11-28. 
  • BOIX LLAVERIA, Sara: Elfos y hadas en la literatura y el arte: los espíritus elementales del aire. Palma de Mallorca, José J. de Olañeta, 2006.
  • BONNEFOY, Yves: Diccionario de mitologías; edición de Carlota Casas Baró. Barcelona, Blacklist, 2010. 
  • CARBÓ GARCÍA, J.R.; PÉREZ MIRANDA, I. "Hijas de la noche (II): el destino de las Parcas entre el pasado y el presente" en Revista ARYS: Antigüedad, religiones y sociedades, vol. 8, 2009-2010. pp. 141-153.
  • LECOUTEUX, Claude: Hadas, brujas y hombres lobo en la Edad Media: Historia del doble. Palma de Mallorca, José J. de Olañeta, 1998.


NOTAS



[1] Fragmento extraído de: BOIX LLAVERIA, Sara: Elfos y hadas en la literatura y el arte: los espíritus elementales del aire. Palma de Mallorca, José J. de Olañeta, 2006. p. 20 

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