Las hadas
han pululado por nuestra imaginación como pequeños seres alados de luz pero...
¿siempre han tenido ese aspecto? ¿Qué funciones han desempeñado en su larga
existencia? Esta entrada abre el amplio abanico del mundo féerico, imposible de
condensar en tan poco espacio. Es por esto por lo que esta será la primera de
una serie de actualizaciones sobre estas figuras del imaginario boscoso.
Muchas son
las teorías sobre el origen de las hadas. Hay que tener en cuenta que estos
pequeños espíritus elementales están presentes en casi la totalidad de los
imaginarios por lo que sus atributos y simbología pueden variar dependiendo de
la cultura, la época, etc. A continuación se introducen las teorías existentes
sobre el origen de estos famosos seres y sus asociaciones:
1. Figuras asociadas al destino.
Esta
asociación viene dada por la etimología del propio nombre, el cual deriva de la
palabra latina fatum. Esta palabra acoge en sí los significados de hado,
destino, predicción, suerte y fatalidad, entre otras; es por esto por lo que se
ha querido ver a las hadas como las herederas de las moiras griegas, las parcas
romanas o las nornas escandinavas. Es muy común encontrarlas como hilanderas,
exponiendo así su imagen de tejedoras del destino.
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Midsummer Eve. Robert Edward Hughes. 1908 |
Tanto las
moiras como las parcas están relacionadas con los alumbramientos y pueden
decidir sobre el destino del niño, por lo que se les otorgan de igual manera
características asociadas a la fertilidad y la fecundidad. Esto perdurará en el
imaginario pues es común en las leyendas y cuentos infantiles el rapto de bebés
por parte de las hadas.
2. Figuras
asociadas a la muerte.
Como se
apunta en el párrafo anterior, uno de los significados de fatum (y μόρος
en griego) está relacionado con la fatalidad y por lo tanto con la muerte. Las
moiras, parcas asumieron la figura de hilanderas del destino y por tanto
quedaron asociadas al tiempo, pues todo nace y en algún momento muere.
Robert Kirk
(1644-1692) relacionó los túmulos féericos (llamados knowes en Escocia)
con la muerte, localizándolos cerca de los cementerios. Esta corte féerica
estaba formada por las almas que aguardaban en el lugar santo el Día del
Juicio. Sara Boix Llavería recoge en su obra, Elfos y hadas en la literatura
y el arte, un relato irlandés relacionado con este corro de almas: un
pescador llamado Hugh King volvía a casa la noche víspera de Todos los Santos
cuando se encontró en mitad de una danza de hadas. Cuando observó detenidamente
vio que todas aquellas figuras eran personas fallecidas.
En un
contexto más pagano, sobre todo en la Europa céltica continental, las hadas se
relacionan con los megalitos, ya sean menhires o dólmenes. Su asociación queda
vigente en la toponimia de cuyo buen ejemplo son las denominaciones repartidas
por Francia de: Roca de las Hadas, Cabaña de las Hadas, etc.
3. Figuras herederas de antiguas poblaciones primitivas
David Mac
Ritchie defiende en su obra The Testimony of Tradition (1890) que las
hadas forman parte de razas primitivas que fueron obligadas a refugiarse ante
la llegada de nuevas poblaciones invasoras. El mejor ejemplo para ilustrar esta
teoría es Irlanda. Su pasado mítico incluye la llegada en oleadas de numerosas
poblaciones que fueron sucediéndose en el tiempo:
1- Firbolgs: aspecto grotesco parecido al de los gigantes.
2- Tuatha de Danann: pueblo de la diosa Dana. Altos, bellos y mágicos.
3- Daoine Sidh: aspecto similar al de los Tuatha de Danann. Fueron disminuyendo
de tamaño hasta convertirse en el pueblo de la "gente diminuta".
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Los Caballeros de Sidhe. John Duncan, 1911. Dundee Art Galleries and Museum |
4. Seres
elementales de la Naturaleza.
Como
apuntamos en la entrada de la semana pasada, muchos
son los genios y las divinidades menores que pueblan la naturaleza: ninfas,
dríades, ondinas, rusalkas, etc. Dentro de este grupo habría que hacer una
diferenciación dependiendo de cada elemento, los cuales tienen establecidas
unas figuras:
Aire: Silfos
Tierra: Gnomos
Agua: ondinas
Fuego: Salamandra
A pesar de
lo que se pueda pensar, estos seres de la dimensión intermedia han suscitado el
interés de numerosos autores. Entre ellos el famoso Paracelso, quien estableció
las tipologías aquí expuestas basándose en la división griega.
5. Ángeles
caídos en la teoría cristiana.
En el
cristianismo, estos seres forman parte de la creación pero no del mundo mortal,
pues su origen es semidivino. Por una parte se presentan estos seres como
ángeles caídos y por otra, a causa de las inefectivas técnicas de acabar con
estos seres en la mentalidad de las poblaciones a cristianizar, se los encubre
transformándolos en vírgenes o santos (equivalencia entre una ninfa y una
virgen, por ejemplo). A continuación se introduce un texto de Lady Wilde para
ilustrar la teoría de los ángeles caídos:
"Los isleños,
como todos los irlandeses, creen que las hadas son los ángeles caídos que
fueron expulsados del cielo por el Señor Dios a causa de su orgullo pecaminoso.
Y algunos cayeron al mar, y otros a tierra firme, y otros en lo más profundo
del infierno, y a éstos el diablo les da conocimiento y poder, y los envía a la
tierra, donde obran mucho mal. Pero las hadas de la tierra y del mar son en su
mayor parte seres bondadosos y bellos, que no causan daño alguno si se les deja
en paz y se les permite danzar en los "raths" féericos a la luz de la
luna con su dulce música, sin ser molestados por la presencia de mortales[1]".
6. El
hada en el mundo onírico.
Esta faceta
es muy importante en la figura del hada medieval. Su aparición en las novelas
de caballería está íntimamente ligada al mundo sobrenatural, por lo que su
aparición introduce la magia en el relato. Estos encuentros, en ocasiones, se
llevan a cabo a través del sueño, cuando el caballero está en un estado de
vigilia, como es el caso de Lanval, relato perteneciente a los Lais de Maria de
Francia.
¡OS ESPERO ENTRE LAS HOJAS!
BIBLIOGRAFÍA
- ALONSO ROMERO, F.: "Las mouras constructoras de megalitos: estudio comparativo del folklore gallego con el de otras comunidades europeas." en Anuario Brigantino, Num. 21, 1998. pp. 11-28.
- BOIX
LLAVERIA, S.: Elfos y hadas en la literatura y el arte: los espíritus
elementales del aire. Palma de Mallorca, José J. de Olañeta, 2006.
- BONNEFOY,
Y.: Diccionario de mitologías; edición de Carlota Casas Baró. Barcelona,
Blacklist, 2010.
- CARBÓ
GARCÍA, J.R.; PÉREZ MIRANDA, I. "Hijas de la noche (II): el destino de las
Parcas entre el pasado y el presente" en Revista ARYS: Antigüedad,
religiones y sociedades, vol. 8, 2009-2010. pp. 141-153.
- LECOUTEUX,
C.: Hadas, brujas y hombres lobo en la Edad Media: Historia del doble.
Palma de Mallorca, José J. de Olañeta, 1998.
NOTAS
[1] Fragmento
extraído de: BOIX LLAVERIA, S.: Elfos y hadas en la literatura y el arte:
los espíritus elementales del aire. Palma de Mallorca, José J. de Olañeta,
2006. p. 20
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