LA MANDRÁGORA



Mandrágora, de B. Vierling. Fuente


La planta que hemos elegido para proseguir con nuestro Herbario Mitológico es, ni más ni menos que la mandrágora. Este espécimen no necesita casi presentación pues su asociación con la magia y la brujería hace que sea muy conocido por todos ¿Por qué fue tan importante en la brujería? ¿Cómo se ha empleado en los quehaceres cotidianos? ¿Cuál es su simbología? A continuación vamos a intentar solventar estas y otras preguntas sobre esta curiosa planta…



¿Quién es?

La mandrágora (alraun, cereza de sapo o manzana de Satán) es una herbácea perteneciente a la familia de las solanáceas (solanaceae), a la que también pertenece la patata, el tomate o la belladona. En Europa y Oriente Próximo destacan dos especies de mandrágora: la officinarum y la autumnalis. Su tallo es corto y semienterrado y sus hojas anchas y largas, como apuntaba Dioscórides, al estilo de las hojas de una lechuga o una acelga aunque más rugosas y velludas. Las flores de color blanco violáceo brotan del centro de la planta y los frutos crecen a modo de bayas con colores rojizos o amarillentos, dependiendo de la especie, que desprenden un olor fétido. Sus raíces son, sin duda, las que más han hecho por magnificar la leyenda de la mandrágora, pues su estructura gruesa y bifurcada se asimila en ocasiones a un rostro o a un cuerpo humano. Esta planta suele brotar en suelos húmedos y sombríos o en los bordes de los caminos. Su floración depende de la especie, por ejemplo, la mandrágora autumnalis florece desde septiembre a febrero.


Flor de la mandrágora. Fuente: Espores


¿Cómo se describía la mandrágora en la Antigüedad?

Hemos tenido algunas complicaciones a la hora de escribir este apartado pues con bastante frecuencia se suelen mezclar las características de ambas especies, conservando, en ocasiones, la distinción medieval ¿Por qué esta confusión? Vamos a establecer unas pautas según su concepción a lo largo de la Historia:


La Antigüedad Clásica

En Grecia se conocía este poderoso afrodisíaco, es más, vemos su aparición en la Odisea, donde algunos han querido ver a esta herbácea en la composición del filtro de Circe. 

Dioscórides, como hemos apuntado más arriba, describió sus hojas como las de una acelga y dividió sus raíces dependiendo de su “género”, siendo las de la hembra blancas y las del macho negras. También se describieron los frutos de fétido olor.


La Edad Media

Con la información recogida por los autores clásicos, se separó en géneros, quedando la mandrágora officinarum como masculina y la autumnalis como femenina. Esto se debía, simple y llanamente, a su tamaño y sus características. La mandrágora de frutos amarillentos fétidos tan descrita en numerosas fuentes no es más que una mandrágora autumnalis.



¿Cuál ha sido la importancia de la mandrágora en la Historia?

El uso de la mandrágora lo encontramos, desde la Antigüedad, en la medicina. Se empleaba tanto en ungüentos, emplastos o bebidas para calmar el dolor de ojos o cabeza y ayudar a combatir el insomnio. Gracias al efecto que provoca en el sistema nervioso, la mandrágora fue muy famosa como anestésico. Su uso fue muy habitual pero hay que tener en cuenta que el porcentaje usado en estos remedios era muy bajo pues es una planta muy tóxica y su exceso puede provocar la muerte.



Los enamorados en el jardín. Estela real de Tell En-Amarna. XVIII Dinastía. Staatliche Museen, Berlín.
Fuente: Uned

Desde Egipto nos llegan noticias del uso de esta herbácea para calmar dolores, mezclándola con leche o vino para hacer emplastos. Dioscórides e Hipócrates también apoyaban este remedio, donde se debía hervir la raíz de la planta en vino para superar el insomnio o los dolores de ojos. Teofrasto, en su Historia de las Plantas destacó su potente efecto afrodisíaco. De igual manera convivían en estas descripciones la afirmación se sus propiedades mágicas, asociadas principalmente con la fertilidad. Plinio el viejo incluyó en su descripción que la mandrágora, cuya raíz se asemejara al órgano masculino, que cayese al lado de un hombre le aseguraría el amor de las mujeres. Ya en la Edad Media no podíamos sino recurrir a la figura de uno de los grandes enciclopedistas cristianos, San Isidoro de Sevilla, quien dice lo siguiente de la mandrágora:

“La mandrágora se llama así porque posee frutos perfumados, del tamaño de la manzana maciana, que los latinos llaman manzana de la tierra. Los poetas le llaman antropomorfa porque la forma de su raíz se parece a un hombre. Su corteza se mezcla con vino y se da a beber a aquellos a quienes se debe cortar una parte del cuerpo para curarla, para que, durmiendo no sientan dolor[1]”.

Las propiedades de las mandrágoras que hemos usado como ejemplo, la officinarum y la autumnalis, deben ser similares y su uso seguramente se basó en la disponibilidad de la misma.



Simbología de la mandrágora

La mandrágora se asocia, principalmente, a tres ámbitos: la fertilidad, la riqueza y la magia. Al igual que pasaba con el muérdago, en algunos pueblos, como el celta y el germano, se usaba la mandrágora como amuleto para atraer la fertilidad y la riqueza. Este simbolismo seguirá vigente en la Edad Media, tanto es así que encontramos ejemplos en la Biblia, donde la mandrágora se usa como potenciador de la fertilidad (Gn. 30, 14-21 / Cant. 7, 14).


En cuanto a la riqueza, se creía que el buen cuidado de esta planta atraía la prosperidad. Angelo de Gubernatis, en su Mitología de las plantas, recoge un par de historias provenientes del folclore francés donde la mandrágora, también conocida como “mano de gloria”, se ha transformado en un hada: Maglore, aquella que cuida y protege la afrodisíaca herbácea y quien dota a su poseedor de riquezas si este cuida el ejemplar. Y el texto dice así:

“En aquel tiempo, dice el anónimo autor, fray Richard, franciscano, hizo quemar varias madagfoires que mucha gente boba guardaba y tenía tan gran fe en esta basura que, de veras, creían firmemente que, mientras la tuvieran, siempre que se hallara entre hermosos paños de seda o de lino envuelta, jamás serían pobres[2]”.


Mandrágora. Incluida en el Tacuinum Sanitatis, 1474. Fuente: Wikipedia

La magia es donde más destaca pues está irremediablemente asociada a la brujería. No solo sus propiedades la hacen ser mágica sino también su extracción. La mandrágora puede extraerse a través de dos procedimientos:

  • Recogida por Plinio el viejo, esta primera manera de extraer la mandrágora consiste en hacer tres círculos alrededor de la mandrágora con la punta de una espada y, con una cuerda, extraerla mirando hacia Oriente mientras otra persona baila y emite gritos mágicos.
  • Esta segunda manera es quizás la más conocida. Se ata un extremo de cuerda en la mandrágora y el otro a un perro. En el momento en el cual el perro ve comida corre hacia ella y la mandrágora es extraída fulminantemente, provocando la muerte al can. Este método tiene algunas variaciones, pues a veces el perro es negro y este fallece al oír el grito de la planta. También hemos encontrado versiones donde se atan “los pies y las manos” de la mandrágora.

Bien sea de una manera u otra, nunca el ser humano debe extraerla pues caería muerto al instante.



La mandrágora y la brujería

En cuanto a la brujería, como bien hemos dicho en apartados anteriores, la mandrágora contiene atropina por lo que es un potente narcótico que, usado en las proporciones justas, puede provocar alucinaciones. He aquí donde podemos encontrar una pista sobre el famoso vuelo de las brujas pues podía usarse el compuesto tanto por vía oral como tópica, a través de brebajes, pócimas o potingues. La sensación dada por la droga alteraba los estados de conciencia, sumiendo a las víctimas en un letargo alucinógeno. Junto a la mandrágora, estos efectos también podían conseguirse a través de la aplicación tópica de los jugos extraídos (en su justa medida9 de otras plantas como la cicuta o la datura.

“Las mismas brujas admitían que con la planta arrancada al pie de los cadalsos podían pervertir la razón, transformar a los hombres en bestias, entregar a las mujeres enajenadas y locas; aunque mucho más terrible era el delirio furioso de la manzana espinosa o datura, que hacía bailar hasta morir y sufrir mil vergüenzas[3]”.

Linda Maestra. Capricho nº68. Francisco de Goya, 1799. Fuente: laalcazaba


Hay muchas leyendas, igualmente, sobre los lugares donde crecen. La más extendida nos cuenta que crecen bajo los cadalsos, brotando de la sangre de los cadáveres. También se admite que broten del semen.



La parte mágica de la mandrágora la completa su sola estructura debido a su parecido con el cuerpo humano. En ocasiones se usaba la raíz para practicar la defixión, donde se pretendía provocar dolor a algún enemigo clavando objetos punzantes, ahogando o quemando la raíz de la mandrágora, la cual actuaba como símil del cuerpo de la víctima.



Representación de la mandrágora en La Materia Médica de Dioscórides. fol.90. Fuente: Naukas




Como veis la importancia de la mandrágora no ha decaído y su simbología sigue siendo bastante conocida. Podemos encontrarla en películas y libros tan actuales como Harry Potter y la Cámara Secreta o El Laberinto del Fauno. Espero que os haya gustado este pequeño recorrido por la historia de una de las plantas más conocidas y famosas de la Historia.






¡Os espero entre las hojas!




Para saber más

Si estáis interesados/as en la botánica brujeril podéis acudir a la genial serie de artículos que Aina S. Erice dedicó a estas plantas mágicas en el blog Pluma de hueso:



BIBLIOGRAFÍA

  • CHEVALIER, C. (dir.): Diccionario de los símbolos. Barcelona: Herder, 2007.
  • GÓMEZ FERNÁNDEZ, J.R.: Las plantas en la brujería medieval (propiedades y creencias). Madrid: Celeste, 1999.
  • GUBERNATIS, A. de: Mitología de las plantas. Leyendas del mundo vegetal. Vol. II.: Botánica especial. Palma de Mallorca: José J. de Olañeta, 2003.
  • GUERRINO, A.A.: “Historia de la Mandrágora” en Historia & Medicina, Fascículo LIV, abril, 1969. 
  • MICHELET, J.: La bruja. Un estudio de las supersticiones en la Edad Media. Madrid: Akal, 2012.
  • PASTOR SECO, M.I./CUESTA PASTOR, J.M.: “Estudio sobre dos plantas homéricas: Mandrágora y Moly” en Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, Hª Antigua, t.15, 2004. pp. 87-94. Versión digital disponible aquí.
  • VALLÉS VARELA, H.: “Historia de los afrodisíacos” en Historia 16, núm. 389, septiembre, 2008. pp. 8-27.



NOTAS

[1] Fragmento extraído de: GUERRINO, A.A.: “Historia de la Mandrágora” en Historia & Medicina, Fascículo LIV, abril, 1969. 

[2] Fragmento extraído de: GUBERNATIS, A. de: Mitología de las plantas. Leyendas del mundo vegetal. Vol. II.: Botánica especial. Palma de Mallorca: José J. de Olañeta, 2003. p. 132. 

[3] Fragmento extraído de: GUERRINO, op.cit.

Comentarios

  1. muy buen post me encanto me saco de muchas dudas y aprendi mas cosas

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  2. Excelente contenido, para conocer más durante esta cuarentena. ;)

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  3. Excelente artículo. Conozco las mandragoras gracias a Harry Potter, pero a decir verdad jamás pensé que detrás de estas aparentes plantas "mágicas" de escondía tanta historia. Para mi, esta planta es tan mágica como las varitas mágicas de Harry Potter.

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  4. Es un excelente trabajo, me ayudo a comprender de mejor manera este tema, también para poder realizar de mejor manera una tarea de este tema.
    Gracias por esta información.

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  5. Muchas gracias por este artículo tan interesante y bien escrito.
    Saludos

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