CONSIDERACIONES GENERALES: LA NATURALEZA EN EL IMAGINARIO



A la hora de estudiar la naturaleza desde una perspectiva histórica, el foco de interés general suele virar hacia su aspecto más práctico, es decir: el económico. Seguro que muchos y muchas recordaréis esos apartados (bueno, más bien esa línea), en vuestros libros de Historia del colegio y el instituto, en los que se resaltaba la importancia de los recursos que podíamos extraer del bosque, y chimpún. Afortunadamente, hay vida más allá del hacha y del oro. Sin menospreciar su innegable importancia práctica, la naturaleza en general, y los bosques en particular, pueden abordarse desde perspectivas de estudio muy diversas.

No hace mucho nos preguntaban sobre cómo abarcábamos el estudio de los bosques imaginados, y no es una pregunta baladí. Lo primero que debemos hacer es conocer su contexto real, cómo las poblaciones se relacionaban con él, cómo lo explotaban y cómo lo transformaban. Para trabajar con una idea concebida dentro del espectro imaginario debemos conocer qué es y cómo se describe o representa algo conocido, lo que se percibe a través de los sentidos. Y con esta sólida base comenzamos a trabajar en el espinoso ámbito del imaginario, donde confluyen creencias, tradiciones, leyendas, supersticiones etc. 

El camino parece pedregoso, y en ocasiones lo es, pero hay un concepto que va a servir de apoyo tanto en el plano real como en el imaginado: la dualidad. La naturaleza provee, crea, pero también puede destruir. Esta línea asienta las bases de la concepción del medio natural imaginario, el cual podemos clasificar en dos tipologías principales: el locus amoenus y el locus horridus.


Locus amoenus
  • Espacio agradable, soleado, bello y tranquilo.
  • Asociado a estados de ánimo positivos como la calma, la relajación, la felicidad o el enamoramiento.
  • El porcentaje de luz será muy abundante, caracterizado por cielos despejados y luz solar.
  • Su apariencia se relaciona con lugares de vegetación exuberante, corrientes de agua fresca y cristalina, fauna abundante, etc. En muchas ocasiones se relaciona con lugares ordenados y limpios, como los jardines, siendo los paisajes paradisíacos uno de los mayores exponentes de esta tipología.
  • La vegetación que contiene tiene vivos colores, abundantemente caducifolia. No crece de manera salvaje sino ordenada, dando una sensación de recogimiento, no de ansiedad o agobio.
  • Sus habitantes tendrán un carácter benévolo y amable. Una naturaleza sana es el hogar de una variedad ingente de fauna, tanto real como imaginada.
  • Los ejemplos más destacados que podemos nombrar son los claros de los bosques, las islas en mitad del océano, los oasis en los desiertos o los jardines.

El Jardín del Edén, de Jan Brueghel el viejo. Óleo sobre tabla, 1610-1612. Museo Thyssen Bornemisza


Locus horridus 
  • Espacio hostil y salvaje, adalid del mundo no construido. Contraposición del locus amoenus 
  • Asociado a estados de ánimo negativos como el miedo, la inseguridad, la ansiedad o el desamor. 
  • El porcentaje de luz es muy escaso, caracterizado por cielos nublados o nocturnos. Las tinieblas son su mejor aliado. 
  • Su apariencia se relaciona con lugares hostiles, insanos y salvajes. Al contrario que ocurría en los locus amoenus, los locus horridus se caracterizan por una geografía escarpada e irregular. El ambiente que se crea puede llegar a ser agobiante e infecto. 
  • La vegetación que contiene puede ser de dos tipos: muy frondosa y espinosa, que crece sin control; directamente muerta, con árboles desnudos o directamente paisajes exentos de vegetación. En el primer caso destacan las especies perennifolias, como los abetos o los pinos, de colores oscuros o pardos. 
  • Sus habitantes no se caracterizan por su amabilidad. Son hostiles, salvajes y temibles. 
  • Sus ejemplos más representativos son los bosques espesos, los desiertos áridos, el mar inmenso o la vegetación muerta.

Black Seas of Infinity. Ilustración de Ian Miller para el relato de H.P. Lovecraft. Fuente: Monster Brains



Los tonos grises

Aunque a priori lo puedan parecer, estos conceptos no son antagónicos, sino que su relación está pintada en tonos grises. La dualidad de la que hablábamos unas líneas más arriba se hace visible de manera evidente dependiendo del estado de ánimo de la acción. En otras palabras, el ser humano adapta el paisaje en función de su sentir, pudiendo transitar de un locus amoenus a uno horridus en un abrir y cerrar de ojos. Para ejemplificar mejor esta relación entre paisajes vamos a volver a ver una película que seguro todos y todas hemos disfrutado en nuestra infancia: la adaptación cinematográfica de Walt Disney, Blancanieves y los Siete Enanitos (1937).
  • Blancanieves recoge flores en el bosque acompañada de un cazador al que le ha sido encomendada la tarea de matarla y arrancarla el corazón. Ignorando el fatal destino que le espera, la niña se recrea en la paz que despide el claro del bosque en el que se encuentra. 
  • El cazador intenta apuñalarla, pero se arrepiente y le ofrece una oportunidad para huir. En este instante, la joven se asusta y es cuando comienza la transición de la que os hablábamos. 
  • Ella huye y el bosque, que hace un momento era un lugar soleado y lleno de flores, es ahora un pozo de horror, oscuro, donde los árboles adquieren muecas macabras. Ahora la espesura es un horridus de manual. 
  • Una vez que el miedo se aplaca, el bosque vuelve a convertirse en un locus amoenus, reforzado con la aparición de la fauna amigable y la cabaña de los enanos.



Concept Art realizado por Ferdinand Horvath en 1936 para la adaptación cinematográfica de Walt Disney de Blancanieves y los Siete Enanitos. Fuente: Heritage Auctions


Concept Art realizado por Ferdinand Horvath en 1936 para la adaptación cinematográfica de Walt Disney de Blancanieves y los Siete Enanitos. Fuente: Filmic Light



Concept Art de Gustaf Tenggren para la adaptación cinematográfica de Walt Disney de Blancanieves y los Siete EnanitosFuente: Pinterest





¡Os espero entre las hojas!



BIBLIOGRAFÍA
  • BODEI, Remo. Paisajes Sublimes. El hombre ante la naturaleza salvaje. Siruela: Madrid, 2011.
  • MADERUELO, Javier. El paisaje: génesis de un concepto. Abada Ediciones: Madrid, 2006.
  • ROGER, Alain. Breve tratado del paisaje. Biblioteca Nueva: Madrid, 2007.

Multimedia
  • HAND, David (1937): Snowhite and the Seven Dwarfs. Estados Unidos: Walt Disney Productions.

Comentarios

  1. Un agradable descubrimiento la existencia de este blog. Creo que voy a pasarme bastantes ratos hurgando en sus contenidos, por empatía e intereses comunes.
    Espero les interesen estas sugerencias:

    http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/2012/11/fotografia-naturaleza-simulacro-paisaje.html

    http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/2012/03/tolkien-y-el-paisaje-artificial.html

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